viernes, 1 de enero de 2010

Museo de Arte de Tel Aviv

Museo de Arte en Tel Aviv  / Preston Scott Cohen Cortesía de Preston Scott Cohen

Emplazado en el centro del complejo cultural de la ciudad, el programa para el Museo de Arte de Tel Aviv plantea un desafío arquitectónico extraordinario: resolver la tensión entre un terreno estrecho, triangular y la necesidad de abrir una serie de galerías rectangulares de gran tamaño. La solución fue retorcerlas sutilmente en superficies geométricas (parábolas hiperbólicas) que conectan los ángulos dispares entre las galerías y el contexto, refractando la luz natural hasta lo más profundo del edificio semi-enterrado.

Museo de Arte en Tel Aviv  / Preston Scott Cohen Cortesía de Preston Scott Cohen

El edificio se construye de acuerdo a varios ejes que se desvían significativamente de un piso a otro. En esencia, es una serie de planos independientes en base a sistemas estructurales de acero, apilados uno encima del otro, conectados por circulaciones verticales.

Museo de Arte en Tel Aviv  / Preston Scott Cohen Cortesía de Preston Scott Cohen

http://www.plataformaarquitectura.cl/2012/11/30/amir-museo-de-arte-de-tel-aviv-preston-scott-cohen/

4 Porches and 4 Skylights House

Abierta y Cerrada
La propiedad nos pidió una casa que tenía que ser cerrada por fuera pero abierta por dentro. Tenía que tener fachadas introvertidas, para preservar la intimidad de la parcela adyacente donde residen, pero a la vez generosas vistas de todo su perímetro cuidadosamente ajardinado.
Cuatro porches triangulares solucionaron la paradójica solicitud gracias al efecto “embudo invertido” de sus muros. Una forma capaz de ofrecer simultáneamente amplias vistas desde el interior y masivas fachadas desde el exterior. La solución “dislocó” la geometría de toda la planta y provocó ricas relaciones visuales entre la casa y el jardín.
Cuando las grandes puertas correderas se abren, escondiéndose en los muros, los cuatro umbrales triangulares se conectan entre sí y todo el interior se transforma en un gran porche. Una gran sombra delimitada por cuatro “pabellones” más íntimos (las tres habitaciones y la sala de estar) con la constante presencia de la vegetación exterior y la cambiante luz solar.
En los baños, a través de lucernarios triangulares con espejos en dos de sus caras, la luz solar desciende provocando calidoscópicos reflejos. Con todo ello, la vivienda consigue ser un confortable i protegido “interior” que no queda “frente a” o “junto a” la naturaleza, si no absolutamente rodeado por ella.


Casa V

Casa V: el cristal entra en la vivienda

La vivienda se ha modelado y formado a partir de varios parámetros, todos ellos relacionados con el emplazamiento y la funcionalidad. Comenzando a partir de un volumen simple, la forma de la casa evoluciona para crear ámbitos con funciones privadas separados de las zonas comunes y públicas. Como resultado, el edificio queda dividido en dos ramas fluídas separadas por la V de cristal que entra en la planta y que, en realidad, constituye el eje de todo el proyecto.



En este punto se encuentra precisamente el acceso a la vivienda, así como el punto donde la zona de servicios se encuentra con las de ocio y donde se alza la escalera que conduce al piso superior. El interior se integra y comunica eficazmente con el exterior gracias a los paneles acristalados. En el jardín, un camino de baldosas y una terraza que rodea a la piscina extienden el ámbito vital. En el segundo piso, los dormitorios se hallan iluminados mediante lucernarios por los que entra la luz de la fachada sur.




Vivienda unifamiliar K8788

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Casa Cala D’or





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